Entre las muchas perspectivas que ha abierto la técnica CRISPR de edición genómica, una de las aplicaciones que parece más viable a corto plazo es la corrección de errores genéticos en personas adultas.
Científicos de 11 países han dado un paso esencial al inventar, poner a punto y probar en modelos animales una variante de la técnica que permite, por primera vez, editar genes en células que ya no se dividen, que son la mayoría en un adulto. Como prueba de principio, han restaurado parte de la visión a ratas ciegas.
La corrección de errores genéticos en el adulto es un viejo sueño de la biomedicina. Con el nombre de terapia génica, lleva ensayándose más de 30 años en medio mundo, pero sus resultados han sido muy modestos. La técnica CRISPR, que está revolucionando los laboratorios de genética por su eficacia, facilidad de uso y bajo coste, promete convertirse, entre otras muchas cosas, en la terapia génica del futuro a corto plazo.
La innovación ha llegado de la mano de un equipo científico internacional coordinado por Juan Carlos Izpisúa, del Instituto Salk de California.
El científico español añade: “Ahora tenemos una tecnología que nos permite modificar el ADN de las células que no están dividiéndose, y nos podemos plantear la reparación de genes en el cerebro, el corazón y el hígado; podemos soñar con curar enfermedades hasta ahora intratables, lo que resulta muy emocionante”. Cada vez es más evidente que CRISPR y sus derivados han abierto un nuevo continente a la biomedicina.
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