“En Europa una mujer estaba a punto de morir de un tipo de cáncer muy especial. Había una medicina que según los médicos podía salvarla. Era un tipo de medicina que el farmacéutico de la misma ciudad había descubierto recientemente. La medicina era cara de producir pero el farmacéutico cobraba diez veces más de lo que a él le había costado elaborarla. El pagó 300 €, pero cobraba 3.000€ por una pequeña dosis. El marido de la enferma, Enrique, acudió a todo el mundo que conocía para pedir el dinero prestado, e intentó todos los medios legales, pero sólo pudo conseguir 1.500€, la mitad de lo que le costaba. Enrique le dijo al farmacéutico que su mujer se estaba muriendo y le pidió que le vendiera el medicamento más barato o que se lo dejara pagar más adelante. Pero el farmacéutico dijo: “No, yo he descubierto la medicina y tengo que ganar dinero con ella”. Entonces, Enrique entró desesperado en la farmacia y robó la medicina para su mujer”.
¿Crees que Enrique debía robar la medicina?
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